Me acuesto en la cama
sin ganas de dormir,
no me importa si la madrugada
me enseña el sol y me da en la cara,
no me importa si pienso en ti.
Al escuchar que el día
se vuelve en mi contra
me quedo dormida,
pues la oscuridad no me alivia,
ni me deja seguir.
Ya que no puedo descansar
le dije al corazón
que lo hiciera por mi,
pero el seguía latiendo y yo pude decir,
que me dicen;
eres cobarde, pero lucha,
[Lucia Hidalgo]
que amo la razón de vivir.
Cada palabra que encajo
en el poema,
es una de las voces que me dicen;
eres cobarde, pero lucha,
lucha hasta conseguir,
que una sonrisa
se pinte en mi cara
y que las lagrimas se sequen,
hasta que mi cuerpo pueda decir...
Adiós, basta, me voy... Y me fui.
[Lucia Hidalgo]